Durante este cambio de temporada, es importante reconocer que el riesgo de tener una enfermedad respiratoria aumenta. Aunque muchos de los síntomas de estas condiciones son parecidos, a veces es posible notar diferencias que pueden servir como pistas para averiguar el diagnóstico y el tratamiento más apropiado.
Para empezar, el tracto respiratorio se divide en dos partes: tracto superior e inferior. En esta ocasión nos vamos a enfocar en las condiciones que afectan el tracto superior. La rinitis alérgica es una condición en que el término rinitis significa inflamación de la nariz. Las alergias pueden afectar varias partes del cuerpo, como la piel, los ojos y los pulmones (como en el caso del asma). Aunque las alergias nasales no son peligrosas, son muy incómodas y probablemente por esta razón, son una de las condiciones más comunes en la consulta médica. Los síntomas pueden incluir tos, gotera nasal, congestión nasal y estornudos. Es importante reconocer que la rinitis alérgica no es una infección y por eso no hay fiebre y los antibióticos no son necesarios. Hay varios tratamientos disponibles pero el de elección es el esteroide nasal en forma de roceador (espray).
La sinusitis es la inflamación de los senos nasales, típicamente por alergias o infecciones. Otros síntomas pueden incluir dolor y presión en los senos nasales, congestión nasal y a veces hasta dolor en los dientes superiores. Si la causa es debido a una infección, la fiebre puede ser uno de los síntomas. Si la sinusitis es debido a alergia, el tratamiento es igual que la rinitis nasal. Si es por una infección, la causa es típicamente viral y los antibióticos no son necesarios en la mayoría de los casos. Es recomendable simplemente controlar los síntomas mientras las defensas del cuerpo eliminan la infección. Para aliviar los síntomas de la sinusitis se pueden usar antiinflamatorios no esteroideos, lavados nasales con solución salina y descongestionantes. Los descongestionantes vienen en forma nasal y oral. Es importante no usarlos por un tiempo prolongado.
La infección de las vías respiratorias superiores es una condición de “resfrío” común o “catarro” y como implica el nombre, es una infección leve que afecta el tracto respiratorio superior. Aunque esta condición no es grave es bastante común. La causa es viral, por consiguiente, los antibióticos no ayudan con la recuperación.
La influenza también se conoce como el “flú” o la “gripe”. La influenza básicamente es un resfrío grave. El virus provoca una reacción más intensa en el cuerpo que el virus típico en el caso de un resfrío y a veces puede causar una pulmonía. Además de los estornudos y la gotera nasal, la condición puede causar fiebre alta, escalofríos intensos y dolores musculares. A veces se puede detectar la gripe con una prueba nasal si los síntomas no son muy obvios. Esta es una de las pocas condiciones virales dónde vale la pena tomar un antibiótico específicamente contra la influenza, pero hay que hacerlo dentro de las primeras 48 horas desde el inicio de los síntomas. ¡Si tiene la oportunidad de vacunarse antes de la temporada de la influenza, aprovéchelo!
La otitis media es una condición de la parte media del oído, detrás del tímpano y es más común en los niños. Aunque el oído no es parte del tracto respiratorio está conectado a la faringe nasal por un tubo. Cuando este tubo se llena de líquido, a veces se puede infectar. Los síntomas de la otitis media incluyen dolor en el oído y fiebre, pero estos síntomas no necesariamente confirman la condición. Por ejemplo, a veces el dolor es simplemente por la presión contra el tímpano. La única forma de confirmar esta condición es por medio de un examen de los oídos y una vez confirmado se puede tratar con antibióticos.
La faringitis es la inflamación de la garganta y las amigdalitis es la inflamación de las amígdalas o anginas. Ya que las amígdalas se localizan en la garganta, las dos condiciones pueden ocurrir simultáneamente. En ocasiones la faringitis causa simplemente a una gotera nasal que fluye por la garganta, por una alergia o una infección. Como en el caso de las otras condiciones, éstas también necesitan antibióticos solamente cuando provienen de una infección bacterial. La bacteria más común en estos casos es el estreptococo. Una infección de la garganta por el estreptococo puede causar complicaciones como la escarlatina, inflamación de los riñones y enfermedad reumática del corazón. Los síntomas comunes en esta infección incluyen fiebre, falta de tos, hinchazón, dolor en los nódulos linfáticos del cuello anterior y pus en las amígdalas.
En casos no muy obvios, se puede detectar la bacteria con pruebas de la superficie de la garganta. El tratamiento de elección es la penicilina. Cuando una persona sufre de episodios frecuentes de amigdalitis , una cirugía para remover las amígdalas puede ser beneficiosa, especialmente en los niños.
En conclusión, las enfermedades respiratorias desgraciadamente son una parte inevitable de nuestras vidas en cualquier temporada, pero especialmente en el otoño y el invierno. Es bueno informarse acerca de estas condiciones pero es aconsejable que consulten con su médico cuando sufren de las mismas. También es importante reconocer que el antibiótico no es siempre la solución para todas estas condiciones y a veces podría perjudicar al paciente.